Ayer martes volví al Teatro, ya que siempre se dice que en la noche de la primera función las cosas no pueden salir del todo bien, veamos qué tal resultó:
Como decía el
año pasado, la Pato viene tomando roles pesados desde hace ya un tiempo (lo vengo repitiendo desde hace años), su carrera empezó con roles livianos, de soprano ligera y ahora llegada la madurez vocal, suma a su repertorio roles como Giorgetta, Nedda, Tosca, y hace poco incluso Madama Butterfly. La Tosca la debutó el año pasado en este mismo teatro con la misma puesta, y Butterfly en el Argentino de La Plata.
Su voz ha ganado en oscuridad, mantiene un buen volumen y tiene expresión (un aparte: recuerdo su "Voi lo sapete o mamma" de 2004 en el Concierto de M. Álvarez, excepcional) lo que resulta esencial en este tipo de roles (descubrí la pólvora).
En el primer acto es donde más segura se la nota, si bien en la primera función la dicción dejaba mucho que desear (mi amigo Fede me lo remarcó en aquella oportunidad), este aspecto quedó salvado en la tercera.
En el segundo y tercer acto, más allá de que algunos agudos suenan tirantes (¿y la Tebaldi qué?), su canto es muy bueno y su actuación resulta soberbia.
Tal vez a mi no me gusta que quiebre la voz en algunas partes en vez de seguir cantando, pero bueno...
Una muy buena Tosca.
Mi querido Luis Gaeta, que ya ha cantado este mismo rol en Mallorca (99), en el Colón (2003), Libertador (2007), Argentino de La Plata (2008) logra una gran interpretación como Scarpia, mejorando en parte su actuación del año pasado (aún sostengo la teoría de que Luis se desata cuando viene a Teatros del Interior de Argentina): su voz corrió perfectamente por la sala, superó a la orquesta incluso en el fatal Te Deum (donde mueren muchos barítonos) y logró una caracterización excelente del personaje.
Los agregados de gesticulaciones y ademanes respecto del año pasado (algunos irónicos, otros severos, varios violentos), además de los cambios en la pronunciación de las frases, incrementaron la fuerza del rol de Jefe de Policía (aunque sigue sin gustarme cuando aprieta la fruta o lo que sea que luego arroja y tiene que secarse la mano).
Si bien tuvo algunos problemas en el segundo acto (¿cansancio? en la primera función se aclaró la garganta en escena varias veces) completó una muy buena labor.
El
año pasado dije: un rol al que podría sacarle aún más brillo si lo cantara más seguido. ¿Tenía razón?
Marcelo Puente como Cavaradossi ha ganado mucho en volumen y eso impresiona (ya el
año pasado decíamos que estaba logrando mayor volumen).
Su "recondita armonia" mejora respecto del
año pasado y de la primera función, se lo notó más liberado en la zona aguda, pero aún sin resolverla completamente. Ésta vez sí lo aplauden al finalizarla, tibiamente.
En las notas bajas aún se le nota inseguro, con cierto temblor o poco volumen, siendo su mejor capital las notas centrales.
Sus "La vita mi costase", "Vittoria", "Diffonderem", mejores que el
año pasado y que la primer función. Sobre todo el "Diffonderem", aunque fue cortito.
En su "e lucevan", desborda de dramatismo y su voz se vuelve de por sí más temblorosa, el "disciogliea dai veli" que había salido muy bien en la primera función, aquí naufraga. Más termina sin gritar los "tanto la vita" y eso es muy bueno.
Muy bien actuado, aunque tiene cierta tendencia a arrodillarse que bueno...
A sus 30-31 años sería bueno que siguiera estudiando (por suerte parece que lo hace) antes de tomar roles protagónicos que podrían comprometer su futuro vocal, por ser demasiado pesados: Pinkerton, Don José, el mismo Cavaradossi.
Lejos, muy lejos aún de ser el sucesor de Marcelo Álvarez, como fue publicitado tantas veces. Y ni qué hablar de aquella periodista que lo comparaba con Gigli...
Pero puede dar más.
El público (que el
año pasado empezó a aplaudir en "e muoio disperato", y este año lo aplaudió luego del "diffonderem" y en la primer función no lo aplaudió luego de Recondita armonia), le otorgó la ovación más importante de la noche.
Ahora díganme qué opinan, porque mucho Gaeta, Gonzalez y Puente, pero de los comprimarios casi nadie dice nada:
Ever Formento como Angelotti es malísimo y, madre mía, lo siguen contratando.
Ernesto Ramos es un simpático Sacristán de voz potente que se gana al público (y se queja de lo sucios que están los pinceles pero no los tiene en la mano ni cerca...).
Martinez como Spoletta ya no se traba como en la primera función, pero no se luce.
José Luis Moreno como Carcelero y Sciarrone, resulta peor que Formento (si es que se puede). Dice más que canta, susurra con su voz de tenor llevada a barítono.
Ávila Arzuza deja que se luzcan las voces, en algunos momentos la orquesta se desacopla, podría realizar mayores matices, pero bien. Hay que darle tiempo.
Los Coros, trabajando al unísono, muy bien (Lapsus: creí que participaba el Coro de Cámara, como en Aida. Léase: El Coro Polifónico, muy bien.).
La escenografía diseñada por Reyeros es austera -mucho muy austera-, y la reposición llevada a cabo por Cristina Morini es muy buena, con dos excelentes actores como Gaeta y Gonzalez y un Puente que estuvo a la altura. Éste año se fue más coherente con el texto.
Remarco la iluminación que sí me pareció excelente (sí, ¿cuál es?).
En general, y un poco más que el
año pasado, una ópera para disfrutar.
(Foto: fin del Primer Acto. Tercera función. Tosca. Teatro del Libertador, 2008.)